Nací en Casillas de Coria, envuelto en lagrimas de pureza un 22 de Febrero de 1.949, de donde tuve que emigrar al País Vasco en el año 1.963, junto con mis Padres y Hermanos, ya que por aquel entonces la necesidad era obligada. Fue el año que mataron al presidente Kennedy. Pero 3 años antes, tuve que dejar la escuela para ponerme a trabajar y ayudar a la economía de la casa, que no era muy boyante, y había que trabajar arrancando jaras para los señores de antes, ya que si querías comer no había más remedio que doblar la rabadilla. Yo, que fui mal estudiante y pocas oportunidades que nos dio la vida, aquí me encuentro sin estudios académicos. Pero no son menos importante los estudios que me ha enseñado la vida, por ejemplo junto a mis Padres, que me enseñaron a ser persona y a tener dignidad, y caminar y hacer que caminen los demás, porque esa es mi visión de la vida, a través de los pueblos de su gente sencilla, de su belleza, rebuscando en los entresijos de la propia vivencia de la vida. Esta es mi poesía que me sale de mi adentro, como se dice en el argot flamenco, me sale de lo más jondo, y expresamos al dolor y la fatiga y a las penurias que hemos “pasao”, porque no nos olvidemos de donde venimos, del arado de la trilla del yunque y la fragua. Y como suelo decir yo: Soy amigo del viento, entre dos aguas me crié, soy de Casillas de Coria, de un rincón extremeño, por si ustedes lo quieren saber.



martes, 14 de julio de 2009

FOTO DE PEDRO UTRERA




LOS GIRASOLES NEFARIOS



Hagamos una reflexión,

de este mundo hostigoso

y de girasoles malvados.







El lobo hace daño por instinto,

y el ser humano,

se viste de piel de cordero

para hacerte daño hasta en los escritos.







Es evidente,

que las apariencias engañan,

quizás en este mundo

de cinismo y pederasta,

no valga la pena,

ni fiarse de las musarañas.







La esperanza herida con mi lloro,

la dignidad por las cloacas,

quizás no supe consolarla

oh! quizás no supe cuidarla,


fue tanta la ofensa hostigada

que me partieron el alma,

no se puede dar crédito,

de como seres humanos

se ensañaran con tanta saña.





Maldito el cinismo

que pasivamente les ampara,

tratándose de estos seres

se llega ala conclusión

de la falta de caridad

que tienen con el ajeno,

y su dignidad es depravada.





Nunca pensé jamás,

que esta ofensa pasara,

no se lo deseo a nadie,

ni al más enemigo que me matara.




Asignatura pendiente,

para estos insolentes,

que van de modosos,

y luego tiran de guadaña.





Donde esta la hética de los valores

y de la dignidad humana,

pasivamente pasamos

y el egoísmo nos atrapa,

no molestemos a las pirañas,

porque tratándose de estos seres

es mejor cuidarse de sus garras.





Ante la adversidad del quebranto,

hacemos regalos parroquianos

para limpiar la conciencia,

y preguntarse al respetable,

hasta donde no son culpables

de tanta malignidad

y que Dios los ampare.





Cuantas noche en vela

y mi dignidad ultrajada,

es evidente que no tienen escrúpulos,

ni conciencia humana,

quizás necesiten la tragedia de otros

para sentirse más importante,

y a esto sinsolentes
la conciencia les resbala.





No es lo mismo tropezar en una piedra,

que te hagan tropezar con saña,

si por tener humildad

y hacer bien a los de más

se quiere hacer daño al ajeno,

la peor de las ingnorancia de esta gente,

es desconocer el buen trato a los demás.





Dios nos libre de estos ricos pobres,

que no son capaces de amar ni de sentir

ni de compartir sentimiento,

como dijo un poeta divino

los cementerios llenos.





Bastante tienen estos seres

con su índole y su idiosincrasia,

apliquense una dosis de humildad,

y a diferencia de otros,

mi lema siempre ha sido

haz bien y no sepas a quien.





Ni los nefarios indignos podrán

con mi inspiración poética,

ni con mi sentimiento noble,

aunque me hayan roto el alma.


Poemas de-

Pedro Utrera.