Nací en Casillas de Coria, envuelto en lagrimas de pureza un 22 de Febrero de 1.949, de donde tuve que emigrar al País Vasco en el año 1.963, junto con mis Padres y Hermanos, ya que por aquel entonces la necesidad era obligada. Fue el año que mataron al presidente Kennedy. Pero 3 años antes, tuve que dejar la escuela para ponerme a trabajar y ayudar a la economía de la casa, que no era muy boyante, y había que trabajar arrancando jaras para los señores de antes, ya que si querías comer no había más remedio que doblar la rabadilla. Yo, que fui mal estudiante y pocas oportunidades que nos dio la vida, aquí me encuentro sin estudios académicos. Pero no son menos importante los estudios que me ha enseñado la vida, por ejemplo junto a mis Padres, que me enseñaron a ser persona y a tener dignidad, y caminar y hacer que caminen los demás, porque esa es mi visión de la vida, a través de los pueblos de su gente sencilla, de su belleza, rebuscando en los entresijos de la propia vivencia de la vida. Esta es mi poesía que me sale de mi adentro, como se dice en el argot flamenco, me sale de lo más jondo, y expresamos al dolor y la fatiga y a las penurias que hemos “pasao”, porque no nos olvidemos de donde venimos, del arado de la trilla del yunque y la fragua. Y como suelo decir yo: Soy amigo del viento, entre dos aguas me crié, soy de Casillas de Coria, de un rincón extremeño, por si ustedes lo quieren saber.



lunes, 18 de agosto de 2008

Morir en tus brazos

Foto de Pedro Utrera-

CANCHOS DE RAMIRO

Se me estremece el Corazón,
cuando pronuncian tu nombre,
y cuando estoy lejos de ti,
te defiendo hasta la muerte.

Mi Extremadura la bella,
corre y di le a tu gente,
que la lucha será larga,
y tu no eres diferente.

Que no hay nadie mas que nadie,
si con dinero quieren callarte,
que le pregunten a un niño,
si en el cielo somos todos iguales.

Porque ser extremeño es,
tener amor y dulzura,
y en las batallas perdías,
tenemos un corazón que ilumina.

Mi Extremadura la bella,
corre y di le a tu gente,
que la lucha será larga,
y tu no eres diferente.

Yo deje a mi Extremadura,
deje mi tierra y mi gente,
me fui a buscarme la vía,
y no pude dejar de quererte.

Adiós mi tierra quería,
A Dios le pido llorando,
que me aguardes cuando vuelva,
para yo morir en tus brazos.


Poema de

Pedro Utrera.

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